el futuro esta en tus manos

¿Te sientes solo? ¿Eres de esos que no encuentra amigos ni para invitarlos a la fiesta de cumpleaños? ¡Pues ya no hace falta ni que busques gente en el Chat para quedar ni que envíes mensajes a los foros diciendo que estás muy falto de cariño! ¡Veo que tienes ganas de saber que es lo que va a cambiar tu vida! ¿Qué cómo se llama? Se llama Second Life. No creas que te estoy induciendo al suicidio ni que te vendo una segunda vida más allá de la muerte, no es eso. Second life es un juego en el que los usuarios se construyen la vida que siempre han deseado tener, eso sí, a base de tarjeta de crédito.

En Second Life puedes ser desde una Barbie Cibergoth llamada Xanaia Dumont hasta ser una extraña especie de conejo. En este universo paralelo, o como lo llama el padre del juego Philip Roseadle, metaverso, todo vale, desde colocar un castillo en lo alto de un hospital hasta hacerte la Madame que más cotiza en carne. Vamos, el querer y no poder que se vive día a día en la simple vida mortal. Según dice el creador de este metaverso, Philip Roseadle, Second Life más que un videojuego, es un país. Roseadle es el antiguo director técnico de Real Networks y en 2003 fundó Linden Lab, la cuna de Second Life. Antes de verle la coronilla al bebé Second Life se podía disfrutar de una realidad parecida en juegos como World of Warcraft o Los Sims Online pero no se había llegado a los extremos fervorosos por parte del público que se están viviendo ahora con Second Life.

A pesar de que el planeta Second Life se esté viviendo en la red, lo que hace que el juego sea interesante es el dinero terrestre y al igual que en la vida y como decía El último de la fila: "Tanto tienes tanto vales, no se puede remediar". El dinero del que dispongas será lo que te haga disfrutar en Second Life. Puedes jugar gratis pero esta opción no te permite comprar nada ni construir, simplemente callejear y hablar. En teoría lo interesante es pagar. ¿Qué diversión hay en ir a una tienda de chucherías sin dinero? Si finalmente decides invertir en esta vida extraterrenal, la suscripción va desde los 9 tristes Euros mensuales, que para ser francos dan para poco, hasta la cantidad que soporte tu economía, no hay límite de gasto. Hay que subrayar que Second Life mueve la escalofriante cifra de 300.000 Euros diarios en todo el mundo. Y la pregunta es: ¿no es esto tenebrosamente aterrador? ¿La existencia del ser humano es tan absurda que necesitas pagar por una vida que jamás tendrás y de la que nunca formarás parte?
Y lo que da todavía más miedo: ¿Podría extenderse en España la moda japonesa de los Hikikomori? Da miedo pensar que no hace falta salir de casa para vivir ni para convivir, que es lo que hace al ser humano persona. Ya no hace falta convivir con nadie real, todo está en la red y puede que todo este universo de la gran comunicación nos lleve al oscuro universo del aislamiento y de la incomunicación.

Así que si eres de los que se siente solo y de los que no encuentra amigos ni para invitarlos a tu cumpleaños, búscate una vida y vívela pero por favor no te conviertas en un Hikikomori, la cuenta del Psiquiatra de tus padres lo agradecerá.